Aunque solemos decir a los alumnos que en la escuela hay que tener los ojos muy abiertos, esta vez les pedimos que cerraran uno. Se trataba de usar el otro en los microscopios del colegio. Vimos agua de charca, sangre, esporas de champiñón y algunas muestras ya hechas que venían con los portaobjetos.
Aprendimos mucho y vimos algunos bichitos interesantes. A algunos los cazamos de la mejor manera que se puede cazar: con una cámara de fotos. Si queréis ver alguna foto pinchad aquí.
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